Por el Arzobispo Henry D’Souza
Reflexiones de la Madre Teresa en un programa de la cadena inglesa de televisión BBC.
Parece una cosa tonta el poner la otra mejilla cuando fuiste “golpeado”. Pero ese fue el consejo que nos dio el Señor: “A aquél que te abofetea en una mejilla, preséntale la otra también” (Lucas 6/29). Es un consejo, que significa una tontería para el resto del mundo, pero no para quienes han sido llamados por Cristo, pues puede ser revelador el poder y la sabiduría de Dios. Como ha escrito San Pablo: “La locura de Dios es más sabia que la sabiduría humana y la debilidad de Dios es más fuerte que la fuerza humana”. (1Cor. 1/25).
Cuando San Francisco Javier se fue a Japón, era tratado con gran respeto, pues era un hombre de la nobleza. Se le dio una cabaña y plena libertada para predicar el Evangelio. Cada mañana se dirigía a la aldea, predicando a Cristo entre los japoneses, en compañía de alguien para que fuese traduciendo lo que él decía.
Un día, un hombre tosco se le paró en frente y le dio escupió en la cara. San Francisco Javier sacó su pañuelo, se limpió el escupitajo y continuó con su prédica. Un samurái (guerrero), sentado al borde de la multitud vio lo que había pasado. Después de que la multitud se alejara, se dirigió a Francisco Javier: “Dime que pudiste mantener la calma cuando ese hombre te escupió. Eso necesita de mucho coraje y control de uno mismo. Nosotros, los samuráis, admiramos a la gente con tanto coraje”.
Francisco Javier sacó un crucifijo. Jesús sufrió lo mismo. El sólo hizo el bien, pero fue hecho sólo para sufrir ignominia y vergüenza y aún una muerte en la cruz. Es la muerte el principio de una nueva vida. A menos que el grano de trigo muera, permanece solo.
El samurái se convirtió junto con toda su familia. Fueron los primeros cristianos de Japón. Poner la otra mejilla, es un poder escondido de Cristo.
La lógica de la mente humana es “ojo por ojo y diente por diente”. Esta evidencia se refleja en la creciente violencia que leemos todos los días en los periódicos. Decenas de gente inocente que muere a causa del terrorismo y de terroristas que, son personas que sólo buscan venganza u obtener sus propósitos a través de la violencia. La acción lleva a la reacción. Violencia, a más violencia. Ira a odio. Odio a venganza. En este proceso, el mundo vive en miedo e infelicidad.
El mensaje de Jesús es el perdón. Sí! Setenta veces siete. Tiene poder, pero requiere de más coraje que de venganza. Este mensaje está siendo lentamente entendido por el mundo. La deposición unilateral de las armas por el IRA, va en esa dirección. Se dieron cuenta de que la paz no puede obtenerse a través de las armas; pero sí es posible a través del diálogo y las negociaciones. Ha habido también un desarmamiento unilateral declarado por Rusia, que significó la caída del Muro de Berlín. La gente empezó a respirar aires frescos de libertad. Acciones unilaterales que llaman a respuestas recíprocas. Ojos y corazones incrédulos que son invitados a gestos de paz y generosidad. El amor logra ser más fuerte que el odio.
La Madre Teresa fue la imagen de la compasión y del amor y sacrificio desinteresados. Su ejemplo capturó la imaginación de todo el mundo. Su respeto por la vida humana, su amor por cada persona humana, sin importar de qué condición sea, ha encontrado respuesta en los corazones de las personas de todas las religiones a lo largo del mundo entero.
Fue un día triste cuando la BBC se convirtió en la herramienta de fuerzas poderosas en el nombre de la libertad de expresión. A través de información inexacta y distorsionando la realidad, se permitió un sucio ataque contra la mujer más reverenciada y santa del mundo.
Cuando algún fundamentalista hindú habla en Calcuta contra la Madre Teresa, es considerado como el fanático de entre unos pocos. Pero cuando la BBC hace lo mismo, nos quedamos atónitos. La respuesta de una de sus hermanas está en la tradición cristiana: “La gente trataba a Jesús muy malamente y a la Madre Teresa, también. Rezaremos por los productores y por todos aquellos que contribuyen con ese programa, para que experimenten el amor de Dios”.
Hace un mes, dos sacerdotes y un hermano fueron brutalmente asesinados en la Diócesis de Gumla. El método de la masacre indicaba profundo odio y venganza hacia la raza humana. Las personas involucradas deben sentirse muy solas y deben alienar a personas que llevan odios y rencillas en sus corazones y viven en constante dolor. Necesitan de oraciones y perdón en el amor.
La fuerza de la Iglesia no es un poder material ni está basado en la popularidad de sus instituciones o de su personal. Su verdadera fuerza proviene del ejemplo de Jesús que siendo Dios, se humilló a sí mismo y tomó la forma de un esclavo: quien muere en la cruz, dijo, “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”.
En el mensaje final de la vida religiosa, los Padres Sinodales dieron este consejo: “Por sus forma de vida, dan testimonio de la cercanía y el bondad de Dios, a la verdad de nuestra esperanza en la vida eterna, al poder y eficacia de ese amor, el cual Dios pone en sus corazones para vencer al malvado, sufriendo lo que aflige a tantos”. (No. VIII)