Sacerdote: La divina liturgia comienza con el sacerdote pidiendo la gracia de Dios, que sea purificado para celebrar los santos misterios:
Oh Soberano Señor, nuestro Dios y Salvador, no me condenes, manchado con multitud de pecados: acudo indigno a éstos Tus divinos y celestiales misterios, contando solo con Tu bondad y gran misericordia.
Y así, elevo hacia Ti mi corazón y mi voz: ¡Oh Dios sé misericordioso conmigo, un pecador!
He pecado contra el Cielo y contra Ti, Padre, y soy indigno de acudir a la presencia de tu mesa espiritual y santa, sobre la qué Tu único Hijo, Jesucristo nuestro Señor aparece en adelante como sacrificio por mi, un pecador manchado con todos los pecados.
Por tanto presento esta súplica, junto con mi acción de gracias, pidiendo que tu Espíritu, el Consolador, sea enviado sobre mi ahora, fortaleciéndome y preparándome para este santo oficio.
Padre eterno, indignamente cuenta conmigo para hacer llegar tu santa Palabra, recibida de Ti por mi, a Tu pueblo, por Jesucristo nuestro Señor, con quien eres bendecido, junto con tu santo, bueno, dador de vida y consustancial Espíritu, ahora, siempre y por toda la eternidad, Amen.
Back |