María, Madre de Jesús y Madre mía,
tú fuiste la primera en escuchar el grito de Jesús "Tengo Sed".
Tú sabes qué real,
qué profundo es su anhelo por mí y por los pobres.
Yo soy tuyo.
María, Madre mía enséñame,
ponme cara a cara con el Amor en el Corazón de Jesús Crucificado.
Con tu ayuda, escucharé la Sed de Jesús
y será para mí una Palabra de Vida.
Estando cerca de ti, le daré a Él mi amor,
y la oportunidad de amarme,
y de ser Causa de Tu Alegría,
y así saciar la Sed de Jesús
por Amor de las almas.
Amén.