María, Madre de Jesús,
dame tu corazón tan hermoso,
tan puro, tan inmaculado,
tan lleno de amor y humildad
para que yo sea capaz de recibir a Jesús
en el Pan de Vida,
amarlo como tu lo amas
y servirlo como tu lo sirves
en el angustioso disfraz de los más
pobres de los pobres.
Amén.