Oración de Oblación

 

Padre, me has amado mas allá de todo lo imaginable, me has comunicado todo lo que tienes y eres. Yo ahora me entrego y abandono por entero a Ti, confiando solamente en tu poderoso amor, porque Tú eres mi Padre. Me has atraído hacia Ti como hijo tuyo, y yo con alegría vengo ante Ti. Me ofrezco con todo mi amor por completo a Ti, ofreciéndote también a todos aquellos a quienes has confiado a mi ministerio. Padre, envía tu Espíritu sobre nosotros, especialmente sobre aquellos de entre mi gente que hoy mas te necesitan. Que yo sea el conducto de tu tierna compasión por ellos, que yo sea para ellos tu caricia paternal.

Jesús, mi Salvador y Señor, que has muerto por mis pecados y me has llamado para continuar tu sacerdocio, te doy gracias por ello y por tus innumerables dones. Te alabo por haber actuado de manera tan definitiva en mi gente. Abro ante Ti las puertas de mi corazón y las de este día. Te pido hoy que tomes posesión de mi vida más plenamente, que actúes a través de mí y que vivas tu vida en mi de tal forma que todo mi obrar pueda ser siempre un reflejo, una manifestación de Ti. Tú, por tu sacerdocio, has sentido sed de mí, haz que yo pueda sentir sed de Ti a lo largo de este día y de todos los días de mi sacerdocio, y que yo pueda saciar tu oculta sed no sólo en mi propio corazón, sino en los corazones de mi gente hambrienta.

Espíritu de Amor, me has ungido para proclamar la Buena Nueva con mis palabras y con mi vida. Abro mi corazón y mi mente a tu presencia y guía. Hoy te pido que irrumpas poderosamente en lo más profundo de mi vida y de mi ministerio, para que colmes mi corazón y me guíes siempre por tus senderos. Exhala tu aliento en mi alma para que tus aguas vivas broten en mi interior, transformándome y renovándome. Que tu amor eterno me abrace para siempre al Padre y al Hijo en Su sacerdocio y, por medio de mi participación en dicho sacerdocio, cure las heridas interiores y colme la pobreza de todos los que has puesto hoy en mi camino. Guarda mi corazón y el de mi gente solo para ti, a lo largo de esta vida y en la que ha de venir.

Amen.